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Muchas de las parejas están atrapadas en el “modo de supervivencia aislada”. Sus relaciones se centran en la gestión de las tareas domésticas, nada más.

Parejas ya olvidaron como divertirse o cuán importante es tener interacciones espontáneas con el mundo exterior.

Las preguntas que se plantean a continuación te ayudarán a comprobar el estado de tu relación, ya sea que aún se tambalea por la pandemia, o si hace tiempo que quedó estancada en sus antiguas rutinas sin hacer una pausa para conectar.

Los consejeros de parejas y terapeutas sexuales que sugirieron estas preguntas dijeron que deben propiciar una conversación interesante; pueden ser espinosas, por lo que algunos encontrarían estos diálogos mucho más fáciles y constructivos con la ayuda de un terapeuta.

Esto puede ser muy útil para recordarse mutuamente, dijeron expertos, que son un equipo. Que están juntos en esto.

[blockquote text=”Los últimos años han sido turbulentos en todos los aspectos y los terapeutas de pareja afirman que a diario lidian con las consecuencias en sus sesiones.” show_quote_icon=”yes”]

1. ¿Qué nos gusta hacer para divertirnos?

Una teoría clave sobre por qué las parejas se divorcian o se sienten insatisfechas es que la sensación de alegría, pasión y positividad en general que tenían al principio se debilita con el tiempo, afirmó Sarah Whitton, psicóloga y directora del programa de investigación “Familias y parejas de la actualidad” de la Universidad de Cincinnati.

La atracción física y las hormonas no son las únicas razones por las que nuestras relaciones son emocionantes al principio. “Pasamos el tiempo haciendo cosas divertidas”, explicó Whitton.

La experta anima a las parejas a sacar un calendario, repasar la última semana o mes y preguntarse: “¿Cuántos minutos hemos pasado haciendo algo divertido o placentero juntos?”. Luego, pueden tomar esa información como un punto de partida.

 

2. ¿Ahora quién saca la basura?

La pandemia alteró la manera en que las parejas dividían el trabajo doméstico y, aunque algunos datos sobre las parejas heterosexuales sugieren que las cosas se volvieron más igualitarias en el hogar, en muchos otros hogares, los cierres exacerbaron las disparidades de género existentes.

Galena Rhoades, psicóloga clínica y profesora de investigación de la Universidad de Denver, cree que todas las parejas deberían dedicarle un tiempo a hablar de cómo han dividido el cuidado de los hijos y las tareas domésticas y si eso está funcionando a nivel logístico y emocional.

“Reserven un tiempo específico para hablar sobre las funciones de cada quién y qué responsabilidades quieren tener en el futuro”, comentó.

Planéalo como lo harías para una reunión de negocios, sugirió Rhoades. Especifica de qué quieres hablar y minimiza las distracciones. Definan con la mayor claridad posible las tareas de cada quién, y luego denle un par de semanas a la nueva rutina antes de volver a revisarla.

 

3. ¿Qué es lo que nos gusta de nuestra vida sexual?

Si las parejas se encuentran en un bache sexual (hay evidencia de que los estadounidenses tenían menos sexo en pareja e incluso se masturbaban con menos frecuencia desde antes de la pandemia) tienden a centrarse en lo negativo, señaló Tammy Nelson, terapeuta sexual y autora de Open Monogamy: A Guide to Co-Creating Your Ideal Relationship Agreement.

Pero, en su opinión, es mucho más eficaz centrarse en lo que sí funciona.

“No cambias tu vida sexual diciendo: ‘Odio que te vayas a la izquierda’. Dices: ‘Me encanta cuando te vas a la derecha'”, arguyó Nelson.

La experta anima a las personas que tienen una relación a nombrar una cosa que les guste de su vida sexual. Puede ser algo que hicieron juntos hace 20 años o un gesto sutil, como la manera en que uno toca el rostro del otro. Enfocar la atención en esos momentos (y hablar de ellos abiertamente) puede ayudar a reencender la “energía erótica”, explicó Nelson.

 

4. ¿Cómo nos hemos ayudado en los momentos difíciles?

Siempre que pasen por un momento difícil juntos, es importante tomarse un tiempo para hacer un repaso, dijo Silverstein ¿Qué funcionó y qué no? Incluso si los últimos años han sido traumáticos para ambos por cualquier motivo, la mayoría de las parejas pueden identificar lo que ella llamó micromomentos en los que se ayudaron uno al otro.

Otra forma de pensar en ello es: “¿Cómo nos apoyamos el uno en el otro y cómo nos sentimos cada uno de nosotros?”, sugirió Jesse Kahn, trabajador social y director del Centro de Terapia de Género y Sexualidad de N.Y.

 

5. ¿Qué te preocupa que no has contado?

Rafaella Smith-Fiallo, trabajadora social clínica con licencia y terapeuta sexual y de pareja, cree que esta es una buena pregunta que las personas pueden hacerles a sus parejas con regularidad (a diario o cada semana), pero también puede ser útil plantearla en momentos importantes de transición.

De este modo, le abres la puerta a tu pareja para que se muestre vulnerable contigo y le recuerdas que son un equipo.

Evita el impulso de tratar de resolver los problemas de inmediato. En lugar de eso, practica la escucha activa, recomendó Smith-Fiallo. “Podría ser extraño, desastroso o incómodo”, dijo. “Pero dale espacio a eso, sabiendo que van a manejarlo juntos”.

 

6. ¿Cómo ayudar a sentirte más amado?

“Creo que esta es una pregunta hermosa”, señaló Silverstein, quien se la atribuye al psicólogo estadounidense John Gottman.

Las personas que buscan fortalecer sus relaciones románticas con frecuencia se centran en pedir lo que ellas quieren y lo que ellas necesitan, lo cual es importante según Silverstein, pero hacer esta pregunta es una manera de comunicar cuánto te preocupas por tu pareja.
“Queremos crear una cultura en las conversaciones de pareja en la que pidamos lo que necesitamos, pero también seamos generosos y nos ofrezcamos a satisfacer las necesidades de nuestra pareja”, concluyó Silverstein.

CDC/Alissa Eckert, James Archer / Ilustración de la bacteria resistente a los medicamentos, Mycobacterium tuberculosis.
Según la agencia de salud de la ONU, el uso de antibióticos osciló entre el 33% para los pacientes de la región del Pacífico Occidental y el 83% en las regiones del Mediterráneo Oriental y África. Entre 2020 y 2022, las prescripciones disminuyeron con el tiempo en Europa y América, pero aumentaron en África.
[blockquote text=”Preocupantemente, la agencia de la ONU descubrió que los antibióticos antibacterianos prescritos con más frecuencia en todo el mundo eran aquellos con mayor potencial de resistencia antimicrobiana (RAM) a los antibióticos.” show_quote_icon=”yes” quote_icon_color=”#af492d”]

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó el viernes que durante la pandemia se produjo un «uso excesivo de antibióticos» en todo el mundo entre los pacientes hospitalizados por el coronavirus, sin que ello mejorara los resultados clínicos, a la vez que aumentaba potencialmente la ya grave y creciente amenaza de la resistencia a los antimicrobianos provocada por las «superbacterias».

En una alerta, la OMS señaló que, aunque sólo el 8% de los pacientes hospitalizados por coronavirus tenían también infecciones bacterianas que pueden tratarse con antibióticos, a tres de cada cuatro se les administraron «por si acaso».

En ningún momento de la pandemia mundial, la agencia sanitaria de la ONU recomendó el uso de antibióticos para tratar el coronavirus COVID-19, insistió la portavoz de la agencia de la ONU, la doctora Margaret Harris.

 

Viral, no bacteriano

 

«El consejo fue muy claro desde el principio, que se trataba de un virus. Así que no es que hubiera ninguna directriz o recomendación de que los médicos fueran en esta dirección, pero quizás como la gente estaba tratando con algo completamente nuevo, buscaban lo que creían que podía ser apropiado», explicó.

Según la agencia de salud de la ONU, el uso de antibióticos osciló entre el 33% para los pacientes de la región del Pacífico Occidental y el 83% en las regiones del Mediterráneo Oriental y África. Entre 2020 y 2022, las prescripciones disminuyeron con el tiempo en Europa y América, pero aumentaron en África.

Última esperanza

 

Los datos recopilados por la OMS también indicaron que la mayoría de los antibióticos se administraron a pacientes COVID-19 gravemente enfermos, con una media mundial del 81%. El uso de antibióticos en infecciones leves o moderadas mostró una considerable variación entre regiones, con el mayor uso en África, con un 79%.

Preocupantemente, la agencia de la ONU descubrió que los antibióticos antibacterianos prescritos con más frecuencia en todo el mundo eran aquellos con mayor potencial de resistencia antimicrobiana (RAM) a los antibióticos.

«Cuando un paciente necesita antibióticos, los beneficios suelen superar los riesgos asociados a los efectos secundarios o a la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, cuando son innecesarios, no ofrecen ningún beneficio a la vez que plantean riesgos, y su uso contribuye a la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos”, explicó la doctora Silvia Bertagnolio, jefa de la Unidad de Vigilancia, Pruebas y Fortalecimiento de los Laboratorios de la División de RAM.

 

Sin impacto positivo

El informe de la agencia sanitaria de la ONU sostiene que el uso de antibióticos «no mejoró los resultados clínicos de los pacientes con COVID-19».

Por el contrario, su prescripción sistemática «podría crear perjuicios para las personas sin infección bacteriana, en comparación con las que no reciben antibióticos», señaló la OMS en un comunicado.

«Estos datos exigen mejoras en el uso racional de los antibióticos para minimizar las consecuencias negativas innecesarias para los pacientes y las poblaciones», asegura la agencia.

 

Las conclusiones se basaron en datos de la Plataforma Clínica Mundial para la COVID-19, una base de datos clínicos anónimos de pacientes hospitalizados por esta enfermedad. Los datos procedían de 450.000 pacientes de 65 países entre enero de 2020 y marzo de 2023.

Noticias ONU

Link original: https://news.un.org/es/story/2024/04/1529331