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Sebastião Salgado y Lélia Deluiz Wanick
Foto: Philippe Petit | Divulgação | Projeto Zurich Forest

Sebastião Salgado y Lélia Deluiz Wanick

Sebastião Salgado, dotado de una sensibilidad exquisita y una visión sublime, ha emergido como un narrador sin igual a través de sus imágenes. Con su mirada penetrante, nos sumerge en los relatos silenciosos de la humanidad afligida. Como reza el refrán, “Una imagen vale más que mil palabras“, y en su caso, cada fotografía es una historia completa en sí misma.

La vida y obra de Sebastião Salgado son testigos de su profundo compromiso con la fotografía como un medio para documentar la condición humana y el entorno natural.

Nacido el 8 de febrero de 1944 en Aimorés, Brasil, Salgado se ha destacado como uno de los fotoperiodistas más influyentes de nuestro tiempo. Su carrera comenzó en las agencias de fotografía más prestigiosas del mundo, y su asociación con Magnum Photos marcó un hito significativo en su trayectoria.

En 1979, se convirtió en miembro de Magnum Photos, una agencia cooperativa de fotógrafos fundada por Robert Capa y Henri Cartier-Bresson.

Vida y Origen

Salgado creció en una granja de ganado en Brasil, lo que influyó en su amor por la naturaleza y la vida rural. Estudió economía en la Universidad de São Paulo y luego obtuvo un doctorado en economía en Francia. Sin embargo, su verdadera pasión siempre fue la fotografía. Durante sus estudios en Francia, comenzó a tomar fotografías y rápidamente se dio cuenta de su poder para contar historias y crear conciencia sobre problemas sociales.

Trabajo en Agencias de Fotografía y Relación con Magnum

Su carrera despegó cuando se unió a la agencia Sygma en París en la década de 1970. Trabajó en varios proyectos importantes, incluyendo documentar la vida en África y América Latina. En 1979, se convirtió en miembro de Magnum Photos, una agencia cooperativa de fotógrafos fundada por Robert Capa y Henri Cartier-Bresson. Su asociación con Magnum le brindó una plataforma global para su trabajo y le permitió continuar su enfoque humanista en la fotografía.

Sebastião Salgado

Aunque esta selección de fotos es a gusto personal, la carrera de Sebastião Salgado es muy amplia y ecléctica. Y sin temor a equivocarme, él creó un antes y un después, en la forma de gestionar un foto reportaje, en cada foto*, en cada retrato o momento, a veces un cruel momento, está la esencia, digna y sorprendentemente bella. *(Supo capturar y/o vio ese momento mágico).

A pesar de ello, Salgado ha enfrentado críticas contundentes que reflejan la diversidad de opiniones sobre su obra. Algunos críticos cuestionan si Sebastião, en lugar de ser reconocido como un economista, podría ser visto como “un maestro del marketing fotográfico”.

A pesar de las críticas y debates que rodean su trabajo, Sebastião Salgado nos confronta con imágenes que provocan una respuesta emocional profunda. Sus fotografías, aunque a menudo retratan realidades violentas y crudas, también capturan la capacidad humana para la empatía y la compasión genuina. En lugar de generar condescendencia o lástima, Salgado nos insta a reflexionar sobre nuestra propia conexión emocional con los demás y nuestra responsabilidad como seres solidarios en la sociedad.

Carlos Boyero ha caracterizado acertadamente las obras de Salgado como un testimonio conmovedor de esta conexión humana, donde la empatía se convierte en un hilo conductor que atraviesa sus fotografías. O cómo tituló en una de sus notas* sobre trabajo de Salgado: “Extrae un realismo y una verdad que duelen, un lirismo tenebroso”.

*(https://elpais.com/elpais/2014/10/30/videos/1414692129_774506.html)

La principal argumentación que suelen presentar los seguidores de Sebastião Salgado, es que él otorga dignidad a las personas retratadas en sus fotografías.

Levi-Strauss*, por otro lado, expresa: “Hay algunos fotógrafos contemporáneos herederos de la Nueva Objetividad, pero Salgado no es uno de ellos, y aplicar esta crítica a su trabajo es realmente un despropósito.”

Y el escritor uruguayo Eduardo Galeano opinaba: “La caridad, vertical, humilla. La solidaridad, horizontal, ayuda. Salgado fotografía desde dentro, solidariamente.”

El propio Salgado aduce que: “Los fotógrafos son comúnmente acusados de querer protagonizar, colocarse en evidencia, pero son testigos; muchas veces, los únicos testigos en el local. Esos dramas, queramos o no, son el espejo de la sociedad, y los fotógrafos llevan ese espejo a todos lados.”

Y profundiza en su exculpación:

“Nunca me he puesto en el dilema moral de hacer o no una fotografía como «¿Tengo el derecho de fotografiar cuando tengo la muerte frente a mí, y el sufrimiento está delante de mí?» Nunca me hago estas preguntas porque ya me formulé las interrogantes fundamentales antes de llegar ahí. ¿Tenemos el derecho a la división de recursos que hay en el mundo? ¿Tengo el derecho a tener la casa que tengo, a vivir donde vivo? ¿Tengo el derecho a comer cuando otros no comen? Estas son las preguntas sustanciales.”

Pero sin entrar en el debate, pienso que Sebastião Salgado, es una gran figura de la fotografía, ¿Objetable cómo lo hace? No está en mí, poder opinar sobre ello. Simplemente es una selección de lo que yo creo son sus trabajos más emblemáticos y muy bien logrados.

Podemos estar de acuerdo o no, pero termino con algo que leí por ahí, creo que fue de Michelle Bogre y mas o menos decía así:

“Independientemente de si se le admira o se le critica, ningún fotógrafo activista, escapa a la influencia de Sebastião Salgado y su singular combinación de pasión y compromiso político. Salgado ha dejado una impronta profunda al insistir en que las personas no deben ser reducidas a simples estereotipos, fusionando magistralmente la perspectiva artística con la sensibilidad de un reportero.

*Claude Lévi-Strauss fue un antropólogo, filósofo y etnólogo francés, una de las grandes figuras de su disciplina en la segunda mitad del siglo XX.

En 1986, Sebastião Salgado obtuvo la autorización para visitar Serra Pelada, la mina de oro más grande del mundo.

© Sebastião Salgado, Mina de oro Sierra Pelada, Pará, Brasil, 1986.

© Sebastião Salgado, Mina de oro Sierra Pelada, Pará, Brasil, 1986.

© Sebastião Salgado, Mina de oro Sierra Pelada, Pará, Brasil, 1986.

© Sebastião Salgado, Mina de oro Sierra Pelada, Pará, Brasil, 1986.

© Sebastião Salgado, Mina de oro Sierra Pelada, Pará, Brasil, 1986.

© Sebastião Salgado, Mina de oro Sierra Pelada, Pará, Brasil, 1986.

© Sebastião Salgado, Kuwait, 1991.

© Sebastião Salgado, Dinka Cattle Camp, South Sudan, 2006.

Sebastião Salgado, Su Legado.

Agotado de fotografiar el dolor humano, Salgado creó un monumental proyecto titulado “Génesis”. Es su impresionante selección de las bellezas mas puras del planeta: paisajes, fauna, flora y pueblos indígenas que aún viven según tradiciones ancestrales.

Es una especie de catálogo inventario, con imágenes en blanco y negro, sobre naturaleza, animales y tribus primitivas.

© Sebastião Salgado, Isla Siberut, Sumatra Occidental, Indonesia, 2008.

© Sebastião Salgado, Campo de Refugiados, Etiopía, 1984.

© Sebastião Salgado, Trabajadores del carbón, India, 1994.

© Sebastião Salgado, Campamento de refugiados en Etiopía, 1984.

© Sebastião Salgado, Madre e hijo en un campo de refugiados, Etiopía, 1984.

© Sebastião Salgado, Península de Yamal, Siberia, Rusia, 2011.

© Sebastião Salgado, Trineo de Renos, Siberia, Rusia, 2011.

© Sebastião Salgado, Pastores y Rebaños, Kuwait, 1991.

© Sebastião Salgado, Iceberg cerca de las Islas Shetland del Sur, Antártida, 2005.

© Sebastião Salgado, Niño Awa en brazos de su padre, Brasil.

© Sebastião Salgado, Pesca del Atún, Sicilia, Italia, 1991.

Algunos Premios de Sebastião Salgado.

  • 1982: Premio W. Eugene Smith Grant
  • 1985: Premio Leica Oskar Barnack
  • 1989: Premio Internacional de la Fundación Hasselblad
  • 1992: Premio Leica Oskar Barnack
  • 1992: Miembro honorario extranjero de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias
  • 1993: Medalla del centenario de la Real Sociedad Fotográfica (de Reino Unido)
  • 1993: Beca honorífica (HonFRPS) de la Real Sociedad Fotográfica (de Reino Unido)
  • 1994: Gran Premio Nacional de Fotografía (Ministerio de Cultura, Francia)
  • 1998: Premio Príncipe de Asturias de las Artes (España)
  • 2003: Premio Internacional del a Sociedad Fotográfica de Japón
  • 2007: Premio del Público M2 / elmundo.es M2 en PhotoEspaña
  • 2019: Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán
  • 2021: Premio Crystal del Foro Económico Mundial
  • 2021: Praemium Imperiale de Japón

En su carrera, Sebastião Salgado ha recibido importantes premios: 

Beca Eugene Smith para Fotografía Humanística (1982), World Press Photo (1985) y Visa d’OrFestival Visa pour l’Image (1990).

Es Miembro de Honor de Art & Science Academy, USA. En 2016, fue elegido en Francia: Miembro de la Académie des Beaux-Arts y Chevalier de la Légion d’Honneur.

Sus fotografías se exhiben en museos y galerías de todo el mundo.

Ha publicado libros como: “Otras Américas” (1986), “Sahel: l’homme en détresse” (1986), “El fin del camino” (1988), “Workers” (1993), “Terra” (1997), “Migrations” and “Children’s Portraits” (2000), “Africa” (2007), “Genesis” (2013), “The Scent of Dream” (2015), “Kuwait, un desierto en llamas” (2016)…

En 2013 se publicó un libro sobre la vida y obra de Sebastiao Salgado: “De mi tierra al planeta”.

En 2014 se filmó el documental “La sal de la vida”, codirigido por Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado. Ganó en el Festival de Cine de Cannes, obtuvo el Premio César (2015) y fue nominado al Oscar al mejor Documental, por la Academia de Hollywood.

© Sebastião Salgado, Niña indígena Auchaninka, Brasil, 2016.

© Sebastião Salgado, Kuwait, 1991.

Obras Más Importantes

Salgado ha producido una serie de obras que han dejado una marca indeleble en el mundo de la fotografía documental. Algunas de sus obras más importantes incluyen:

  • “Éxodos”: Una exploración visual de la migración masiva y sus impactos humanos.
  • “Génesis”: Un proyecto monumental que captura la belleza y la fragilidad de la naturaleza en todo el mundo.
  • “Trabajadores”: Una mirada profunda a las condiciones de trabajo manual en diversas industrias y países.
  • “Gold: Cuando Salgado Fotografió Serra Pelada”: Un estudio impactante sobre la vida en la mina de oro de Serra Pelada en Brasil.

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Unseen Vogue, una exposición mostrada recientemente en el Design Museum de Londres y que también está disponible como libro, es una colección de fotografías inéditas tomadas para la revista Vogue. A veces esto se debió a que eran sólo uno entre muchos y simplemente no fueron elegidos, y otras veces fue porque fueron rechazados por no ser adecuados, tal vez porque no cumplían con el encargo del director de arte o porque eran demasiado vanguardistas. Y, aunque la mayoría de las fotografías datan de después de la Segunda Guerra Mundial, lo que revelan es el cambio de actitud hacia la moda y cómo se presenta; cómo, de hecho, ha caído de su pedestal aristocrático pero sigue siendo glamorosa, especialmente en una época cuando las celebridades parecen haberse apoderado del mundo.

Así, la exposición (y el libro) comienza con una fotografía de un fotógrafo desconocido de finales de los años 1920 que muestra a la marquesa de París y dos de sus amigas vistiendo trajes de Chanel y termina con un primer plano de Angela Lindvall vestida con ropa de Gucci. Fue fotografiada por Thomas Schenk en 2001.

Este último, sorprendentemente, también está en blanco y negro. La fotografía en color, al parecer, comenzó durante la Segunda Guerra Mundial y su principal efecto parece hacer que las imágenes sean más íntimas y personales.

Unseen Vogue se basa en imágenes que fueron rechazadas.
De hecho, el valor del libro Unseen Vogue es la enorme cantidad de información contenida en sus breves capítulos y leyendas.

La existencia del archivo del que procede Unseen Vogue se debe a que la revista siempre ha conservado los derechos de autor de todas las fotografías que ha encargado, así como de algunas felices coincidencias. Por ejemplo, hay una fotografía que muestra a Cecil Beaton recogiendo todas sus impresiones para convertirlas en pulpa en 1942 en cumplimiento patriótico de una solicitud de ayuda en el esfuerzo bélico. Afortunadamente, aunque las impresiones desaparecieron, muchos de sus negativos no. Años más tarde, tras la muerte de Guy Bourdin, la obra de su vida fue encontrada en cajas de zapatos y bolsas de basura, reflejando su creencia de que su único valor estaba en las páginas de una revista. De hecho, todo el archivo de la edición francesa de Vogue para la que trabajó Bourdin se ha perdido y se cree que fue desechado como basura.

En Reigate (Inglaterra) casi les sucedió una suerte similar a las placas de vidrio tomadas por Francis Frith, un destacado fotógrafo de la segunda mitad del siglo XIX . Afortunadamente, alguien reconoció las placas por lo que eran antes de que ellas también desaparecieran.

Unseen Vogue se basa en imágenes que fueron rechazadas. Alexandra Shulman, editora de Vogue británica, da pistas en una introducción que comienza señalando que, en el pasado, los editores de arte tenían una enorme variedad de imágenes presentadas en hojas de contactos o como transparencias, mientras que hoy en día la práctica normal es para un fotógrafo. ofrecer sólo tres o cuatro imágenes. En el pasado también se destacó que la escena de la moda estaba dominada por unas pocas casas de moda, mientras que hoy en día los diseñadores individuales han adquirido importancia. Pero hay un factor que no ha cambiado: como en el pasado, Vogue trabaja con un pequeño número de fotógrafos; y, como en el pasado, la relación entre la revista y sus fotógrafos puede ser a veces tormentosa.

Hay cartas entre Cecil Beaton y la entonces editora de Vogue , Audrey Withers, sobre su decisión de “matar” toda su sesión fotográfica en 1955 sobre Qué ponerse con qué (Beaton no sabía seleccionar accesorios), así como sobre el dificultades para utilizar a John Deakin, viejo amigo de Francis Bacon, aproximadamente al mismo tiempo. Los informes sobre modelos llorando, trípodes colapsando y cámaras perdidas o empeñadas acabaron provocando su despido. También hay una carta a David Bailey de 1960 ofreciéndole un contrato siempre y cuando no trabajara para Harper’s Bazaar o Queen.

De hecho, el valor del libro sobre Unseen Vogue es la enorme cantidad de información contenida en sus breves capítulos y leyendas. Aprendemos cómo Condé Nast, fundador de Vogue , despidió y luego reintegró a Horst en la década de 1930, así como cómo Condé Nast rescató a Lee Miller de un atropello en Nueva York y luego publicó sus fotografías durante la Segunda Guerra Mundial.

Lo que hace Unseen Vogue es establecer la fotografía de moda como un tema de estudio válido, darle el lugar que le corresponde en el canon de la fotografía donde, al parecer, a menudo se la ha considerado una forma de arte menor que la fotografía de retratos, paisajes y documentales. y el desnudo femenino. Obviamente, la fotografía de moda también toca estas áreas, ya que muchas fotografías de moda se centran en el rostro e incluyen paisajes terrestres y urbanos; Las fotografías de Cecil Beaton sobre la moda de las chicas locales y las de Lee Miller sobre la moda en París después de su liberación de los alemanes proporcionan una maravillosa evidencia documental de la vida en esa época.

El otro cambio se relaciona con los propios modelos. En el pasado, incluían a la realeza (la princesa Margarita, por ejemplo, posó para Cecil Beaton en 1949), estrellas de cine y bailarinas (Marlene Dietrich, Vivien Leigh y Margot Fonteyn también posaron para Beaton, y Unseen Vogue también presenta a Ursula Andress, Raquel Welch). y Angelica Houston), escritores (hay una maravillosa foto tomada por Horst en 1946 de Gertrude Stein con su caniche mirando a una modelo con un vestido de Pierre Balmain) y numerosos aristócratas. Pero la llegada de Jean Shrimpton (fotografiado por David Bailey y Helmut Newton, entre otros) y Twiggy (fotografiado por Just Jeackin, también en los años 1960) cambió todo eso.

Hoy en día, modelos como Naomi Campbell, Kate Moss y Sophie Dahl son tan famosas como cualquiera y, como también demuestra Unseen Vogue , en ocasiones la propia fotógrafa se convierte en modelo, como en el caso de Cindy Crawford. Aun así, además de los accesorios estándar, la fotografía de moda continúa mostrando la tensión entre lo creativo y lo práctico, el mundo de los sueños y la realidad, y lo inspirador y el resultado final.

Unseen Vogue: the Secret History of Fashion Photography , editado por Robin Derrick y Robin Muir, Little Brown (sello de Time Warner), Londres 2002, £40. ISBN 0-316-86023-9